El tabernáculo

Lugar de la presencia del Dios escondido que se hace alimento de los peregrinos. Cristo está en el centro del Santuario, así como está en el centro del corazón de María, su tabernáculo vivo.

P. Rafael Fernández

Lugar de la presencia del Dios escondido que se hace alimento de los peregrinos. Cristo está en el centro del Santuario, así como está en el centro del corazón de María, su tabernáculo vivo. Si peregrinamos a un santuario de Schoenstatt para encontrarnos con la Santísima Virgen, ese encuentro con ella siempre nos conducirá a un encuentro con Cristo y, en Él, con Dios Padre. Como en las bodas de Caná, ella, como nuestra Madre, pide a Cristo que nos regale el vino que necesitamos para nuestra santificación, y también nos da su maternal consejo: «Hagan lo que Él les diga», amen a Cristo como yo lo amo, síganlo como yo lo seguí y cooperen en su obra como yo lo hice en la tierra y como sigo haciéndolo en el cielo. Ella quiere que Cristo habite en nuestro corazón como en un pequeño tabernáculo y lo llevemos a todos nuestros ambientes.

Historia
En el año 1941, la Rama Femenina de Schoenstatt realiza un acto de coronación en forma muy oculta, por el gran peligro de ser descubiertas por el nacionalsocialismo. Como símbolo de esta coronación regalan un nuevo tabernáculo para el Santuario original, recordando también su ideal de Rama de llegar a ser «Tabernáculos Vivos».

Este tabernáculo fue instalado en el altar del Santuario recién el 31 de Mayo de 1948 y lleva inscritas las palabras: «Nobis datus nobis natus ex intacta Virgine», (Cristo) se nos ha dado y nos ha nacido de la Virgen inmaculada. Las puertas llevan exteriormente en la juntura central una cruz que brota desde una azucena, significando el nacimiento de Cristo de la Virgen Inmaculada. En el lado interior de sus puertas, existe un sobrerrelieve con la escena de la Anunciación. Al lado izquierdo se encuentra la figura de san Gabriel y en el lado derecho la imagen de María.

El 31 de mayo de 1949, las paredes interiores del tabernáculo fueron recubiertas con láminas de plata que muestran diversas escenas evangélicas, a las que alude el P. Kentenich en las oraciones del «Oficio de Schoenstatt»: Belén, la adoración de los pastores y los reyes magos, en el piso. Pentecostés, arriba. Betania, al lado izquierdo. Tabor al lado derecho y, al fondo, el Gólgota.

No todos los santuarios tienen estas imágenes en su tabernáculo. En general todos tienen los símbolos del exterior del tabernáculo (Nobis datus…) y las interiores de la puerta (la Anunciación).