Evangelio según Mateo 12, 1-8
Viernes de la decimoquinta semana del tiempo ordinario
Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas. Al ver esto, los fariseos le dijeron: “Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado”. Pero Él les respondió: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes? ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? Ahora bien, Yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si hubieran comprendido lo que significa ‘prefiero la misericordia al sacrificio’, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado”.
Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira
“»Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado»”
Jesús parece decirnos: están tan preocupados de obedecer normas y preceptos que se toma por fundamental la forma por sobre el fondo. Ustedes juzgan con ligereza lo que ven, pero mi Padre que ve en lo escondido del corazón, sabe lo que los mueve a realizar sus acciones. Preocúpense de sí mismos, no de estar mirando si tal o cual cumple con lo correcto, porque les aseguro que, en la mayoría de los casos, estarán en un error. Los invito a profundizar en sus rutinas, en darles sentido, para desechar aquellas prácticas que carecen de significado.
Siempre les digo a mis alumnos que no acusen. Los niños se preocupan mucho de lo que el otro hace y exigen justicia todo el tiempo. Creo que uno cae a veces en esa tentación, y me fijo más en lo que el otro hace o deja de hacer para tener justificación a alguna acción y darme permisos que no son los correctos. Compararse siempre trae errores, lo que uno ve por fuera no refleja necesariamente la motivación que tuvo esa persona para hacer tal o cual obra. Creo que practicar la comparación con uno mismo es lo que puede hacerme crecer. ¿Cómo he actuado frente a una misma situación, en distintos momentos de mi vida?
Señor: Gracias por poner en perspectiva mis acciones. Hazme actuar con prudencia y humildad, sin compararme con otros sino más bien ponderando mis acciones según tu querer. Líbrame de la tentación de juzgar a los demás, hazme ver al prójimo con benevolencia y caridad. Ayúdame a conducirme en este mundo con sabiduría y precaución. Señor, en tu Palabra está la verdad, la fuente de sabiduría, haz que me acerque a ella con más frecuencia para no equivocar el rumbo. María ejemplo de humildad, sea mi faro y mi guía. AMÉN