Evangelio según San Mateo 19, 3-12

Decimonoveno viernes del tiempo ordinario

 

Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: «¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?». Él respondió: «¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido». Le replicaron: «Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?». Él les dijo: «Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio». Los discípulos le dijeron: «Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse». Y él les respondió: «No todos entienden este lenguaje, sino solo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!».

 

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

 

“¡El que pueda entender, que entienda!”

 

Jesús parece decirnos: mis palabras no son siempre bien recibidas. El mensaje es claro y es uno solo. Acomodar la ley a la propia realidad es una tentación que tarde o temprano se vuelve en contra. La libertad, como es una facultad para elegir el bien, les debe dar la tranquilidad para elegir el camino de Dios. Por eso les digo, que el que pueda entender, que entienda, porque querer es poder y entender la ley de Dios según como se las explico, es elegir el bien y por lo tanto, hacer uso correcto del concepto de libertad.

 

Vivo cuestionada constantemente por mis hijos y alumnos en relación a los temas valóricos. Ya no es tan claro lo que es correcto de lo que no lo es. Todo es relativo y la juventud vive en una tierra sin límites claros. El desafío de estos tiempos es mantenernos vigentes, sólidos y firmes en nuestras creencias y fortalecer nuestra fe con fundamentos racionales que avalen con certezas nuestra vida cristiana.  Creo que lo más valioso que podemos entregar en este sentido, es la consecuencia de vida. Vivir lo que creo y confiar en que Dios es mi Padre y me quiere infinitamente.

 

Querido Señor: no permitas que te ponga a prueba, eres claro en tus preceptos y yo los conozco. Hazme perseverar en prepararme adecuadamente, estudiando y buscando argumentos claros y acordes a tus principios, pero por, sobre todo, hazme actuar de acuerdo a mi creencia, de acuerdo a mi fe. Que no me engañe a mí misma con el relativismo de estos tiempos y persevere en la conquista de una vida donde fe, razón y vida se tomen de la mano para no caer en la tentación de ponerte a prueba. María, ejemplo de consecuencia de vida, sea mi guía y compañera. AMÉN