Evangelio según Lucas 17, 26-37

Trigesimosegundo viernes del tiempo ordinario

 

Jesús dijo a sus discípulos: “En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé. La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos. Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía. Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos. Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre. En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo no vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. El que trate de salvar su vida la perderá; y el que la pierda la conservará. Les aseguro que en esa noche, de dos que estén en el mismo lecho, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada”. Entonces le preguntaron: “¿Dónde sucederá esto, Señor?” Jesús les respondió: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”.

 

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

 

“…el Día en que se manifieste el Hijo del hombre. «

 

Jesús parece decirnos: la vida tiene su rutina y está bien que así sea. Cada día sale el sol, y cada día se pone en el horizonte a la hora del descanso. Sin embargo, esta rutina puede hacerlos olvidar el estar alertas, el preocuparse de lo que realmente importa, vivir la vida de acuerdo al Ideal Personal de cada uno. Dar sentido a sus vidas para estar listos el día en que se manifieste el Hijo del hombre. No los estoy asustando los estoy haciendo ver que el camino del Reino está en la tierra y no quiero que pierdan el tiempo, quiero que encuentren la felicidad plena que solo da el Padre.

 

Creo que cada cosa que pasa es una oportunidad de dar sentido a la vida. Vivir conscientes del Ideal que pensó el Padre para mí, eso es lo único que debiera importarme. No dejarme seducir por el cansancio o la rutina, o caer en la tentación de creer que merezco darme ciertas licencias que nada tienen que ver con mi desarrollo espiritual, me trae confusión y me desvía de mi camino. Vivir alerta, pero con confianza creo que es la justa medida. Vivir más consciente de cada acción o situación es una oportunidad de vivir a “concho”.

 

Querido Señor: quiero tomar conciencia, de lo cerca que está tu venida a la tierra, quiero vivir con un pie en la tierra y el otro en el cielo, para no desubicarme para darle la justa importancia que tiene cada cosa. Hazme vivir de acuerdo a mi Ideal Personal, haz que lo trabaje integrando mi realidad natural, espiritual y material para ser armónica y fecunda. Que la rutina diaria sea una oportunidad de regalar y hacer crecer el Capital de Gracias que tanto educa y enriquece. Que las palabras del padre fundador sean mi norte en la santificación de la vida diaria. AMÉN