Evangelio según San Marcos 14, 12-15

Domingo. Fiesta de Corpus Christi

 

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «ld a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: «El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?» Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua. Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Después, tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios». Después de cantar el himno, salieron para el Monte de los Olivos.

 

Meditación de Francisco Bravo Collado

 

“Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos”

 

Es como si Jesús me dijera: “Aquí yo estoy avanzando en las cosas que el Padre me pide. Hago que las cosas avancen y hago que las cosas pasen. No me quedo demorado. Tampoco me permito caer en bloqueo por la situación tremenda que sé que voy a enfrentar. Todo lo contrario. Consigo ayuda y sigo el camino que mi Padre, que me ama, ha delineado para mí. Y lo hago de una forma significativa y profunda. Hago gestos de gran significancia como dejar mi cuerpo y mi sangre para los míos. Pero no me siento a esperar ni a descansar una vez que lo hice, sino que sigo adelante con sencillez y con amor, al monte de los Olivos”.

 

En este texto me sorprende la cantidad de cosas que pasan. Es un texto muy corto que contiene detalles importantísimos para nosotros los cristianos. Cuando lo leía me daba la impresión de que Jesús avanzaba sin descanso: organiza la cena, consigue una sala, abastece la comida, prepara los medios, dirige la cena, nos deja la Eucaristía, canta el himno y sigue adelante: va al Monte de los Olivos. Yo quiero aprender a hacer eso. Me gustaría ser capaz de hacer más. Me doy cuenta de que soy capaz de hacer muchas cosas muy buenas, pero que una vez que las logro tiendo a dejarme estar. Hoy en este texto veo que Jesús sigue avanzando. Hoy día quiero tomar la decisión de avanzar con conciencia, cariño y alegría.

 

Jesús, amigo y maestro, quiero agradecerte tu capacidad de hacer cosas. Muchas veces nos enseñan que tu rol es muy pasivo. Como si todo lo que Tú hicieras fuera solamente mirar y mantenerte a un lado. En este texto yo descubro que Tú haces que las cosas sucedan y quiero aprender de Ti. Regálame tu capacidad para hacer que las cosas sucedan. Dame la fecundidad para que den frutos. Y también hazme recio. Que sea capaz de vencer mi comodidad y mi autocompasión. Que pueda ser generoso como Tú. Y que aprenda a tener para los míos preparadas las cosas que ellos necesitan; y que eso no me baste. Que esté dispuesto a seguir adelante, como Tú, al Monte de los Olivos. AMÉN.