Evangelio según Mateo 6, 1-6, 16-18

Miércoles de Ceniza

 

Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

 

Meditación de Francisco Bravo Collado

 

“Y tu Padre, que ve en lo Secreto”

 

Es como si Jesús me dijera: “Es verdad que tu Padre ve en lo secreto. No solo ve tus aciertos y tus pecados, sino que también ve tus motivaciones y miedos. Él ve tu corazón. Cuida, entonces tu corazón. Cuida que esté latiendo con fuerza, con sinceridad. Cuida que diga lo que tiene que decir. Cuida que no finja lo que no es. Y deja de preocuparte por cosas que no importa, como qué van a pensar lo demás. Quédate tranquilo, y deja de inventarte dramas. Recuerda que tu Padre ve en lo secreto, y eso significa que entiende lo que estás pasando.

 

Este texto me da mucha alegría y serenidad. Me acuerdo de mucha gente que se siente observada por Dios. Imagino lo terrible que debe ser creer que Dios solo ve lo público: lo que los demás piensan. Veo que yo he pasado muchas penas y cometido errores importantes por tratar de parecer algo que no soy frente a los demás. Eso me da vergüenza. Y saber que Dios ve en lo secreto también me da esperanza de que Él vea en mi corazón toda esa inseguridad, miedo y temor al rechazo que he experimentado cuando he sido hipócrita, mentiroso o pintamonos. Hoy quiero comprometerme con ser más sencillo y transparente. Y también valiente con mis propias pequeñeces.

 

Jesús, qué bueno que me recuerdes que mi Padre ve en lo secreto. Ayúdame a quitarme la vergüenza y la inadecuación que me recorre tan a menudo. Perdón por todas las veces que quiero que me vean como si fuera mejor de lo que realmente soy. Perdón por cuando me invento la apariencia de ser importante e interesante. O cuando digo cosas para causar efectos calculados, en vez de decir lisa y llanamente aquello que quiero decir. Dame tu sencillez, Señor. AMÉN