Evangelio según Lucas 2, 16-21

Miércoles del tiempo de Navidad

Fiesta de Santa María, Madre de Dios

Jornada Mundial de la Paz

 

Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el Ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.

 

“Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido”

 

Meditación de Osvaldo Iturriaga Berríos

 

Siento como si el Señor me dijera “ten fe, confía, espera en Mí, yo siempre cumplo mis promesas. Incluso cuando el mundo alrededor tuyo se ve confuso, caótico, cuando parece no haber una salida o una luz de esperanza, yo soy capaz de lo que crees imposible. Yo soy el que hace nuevas todas las cosas, el que da vuelta los planes de los que se creen sabios, el que ensalza a los pobres y a los humildes. Aunque ahora no puedas visualizarlo, ten fe en que pronto podrás glorificar a Dios.”

 

Muchas veces me pregunto cómo conciliar el hecho de que siento que el Señor me quiere, me cuida, que puedo verlo a través del amor de mi familia, de las diversas oportunidades que tengo de poder llevar una vida relativamente tranquila, con la realidad que veo a mi alrededor de tantas injusticias, guerras injustificadas, abusos, sufrimiento… me hace preguntarme qué puedo hacer ante todo esto, cómo puedo ayudar a que otros puedan experimentar esa misma cercanía de Dios que recordamos en estas fechas, cómo puedo hacer que otros puedan sentir cumplidas en sus vidas estas promesas de paz y de alegría que trae el nacimiento de Jesús.

 

Señor, te doy gracias por todo lo que me regalas, y que tantas veces en mi egoísmo y autorreferencia olvido o doy por sentado. Gracias por regalarme una familia y amigos que me quieren, por la posibilidad de trabajar en algo que yo escogí y que me llena, por la alegría de conocerte y de saberme amado por Ti. Ayúdame a salir de la sensación de impotencia y ponerme a tu servicio, a estar atento a tu llamada en cada momento, para poder ser instrumento de tu paz donde me llames. AMÉN