Evangelio según Marcos 3, 31-35

Martes de la tercera semana del tiempo ordinario

Santo Tomás de Aquino

 

Llegaron la madre y los hermanos de Jesús y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Él, y le dijeron: “Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera”. Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de Él, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

 

Meditación de Francisco Bravo Collado

 

“Estos son mi madre y mis hermanos”

 

Es como si Jesús me dijera: “¿Quiénes crees tú que son mi madre y mis hermanos? ¿Quiénes son los tuyos? Son los que cumplen la voluntad de Dios. Y no se trata de un examen de perfección, no se trata de un grupo selecto de los elegidos. Se trata de quienes sincera y cándidamente buscan la voluntad del Padre. Por eso te invito a reconocerte de esos, de los que son mi madre y mis hermanos. Sin vergüenza. Sin preocuparte de que otros te juzguen indigno. Ven y sígueme.”

 

En mí luchan las ganas de ser hermano de Jesús y el conocimiento de que no cumplo la voluntad de Dios. Me avergüenzo: sé que aquellos que me conocen mejor reirían si yo me atreviera a decir que cumplo la voluntad de Dios. Pero, simultáneamente, experimento un profundo acogimiento de parte de Jesús. Me siento invitado a reconocer las ocasiones donde sí he buscado el querer de Dios. Y veo varias instancias cotidianas donde intento discernir y vivir según lo que Dios me pide. Descubro que me he acostumbrado a sentirme malo y sucio.

 

Jesús, acompáñame en mi vergüenza de saberme tan pequeño frente a Ti. Eso es real y te pido perdón y ayuda. Pero enséñame también a aceptarme como soy. Que no llegue al punto de no poder considerarme hermano tuyo. Muéstrame tu amor con sencillez y compasión. Enséñame a expresar mi amor a quienes me rodean y me quieren sin complejos ni vergüenzas. Envía al Espíritu Santo para que me muestre cómo cumplir con la voluntad de Dios y, de esa forma, yo pueda descubrir cómo ser tu hermano. AMÉN