Santa Mónica
Evangelio según Mateo 23, 23-26
Martes de la semana vigesimoprimera del tiempo ordinario
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno!¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Meditación de Francisco Bravo Collado
“La justicia, la misericordia y la fidelidad”
Jesús pareciera estar diciéndome: “¡Guía ciego, que filtras el mosquito y te tragas el camello! ¡Limpias por fuera la copa pero por dentro estás lleno de codicia y desenfreno! ¡Cambia! ¡Entrégate al amor y a la verdad! No tienes que parecer perfecto ante tus hermanos, pero sí tienes que ser pleno y consecuente en lo que haces y lo que vives. Acepta tus errores, relaja tus juicios, deja de moverte para la galería y empieza a trabajar en aquello que realmente te hace bien y te trae plenitud.”
Mi primera reacción ante este texto es abordarlo desde el intelecto y analizar el juego entre la justicia, la misericordia y la fidelidad. Cómo difieren, cómo se entrelazan y cómo conflictúan entre sí. Pero cuando me acerco desde mi propia vida, me doy cuenta que no se refiere tan solo a cuán justo, misericordioso o fiel soy yo; sino que principalmente a cuán justo, misericordioso y fiel es Dios Padre conmigo. Y, desde esa nueva perspectiva, la ley completa toma un cariz muy novedoso. Y entiendo desde el corazón y, en vez de analizar, puedo concentrarme en disfrutar.
Jesús, amigo y maestro. Tú vienes a llamarme a dejar atrás mis poses y ataduras. Dame la libertad y la serenidad que necesito para poner el foco en encontrarme con tu amor que me llena a borbotones a pesar de cualquier pequeñez que tenga. Muéstrame cómo mirar mi historia con justicia y misericordia. Dame ser fiel a lo que creo, a lo que siento, a lo que soy. Y regálame la alegría de reconocer y celebrar tu amor, tu justicia, tu misericordia y tu fidelidad. AMÉN