Evangelio según Lucas 21, 1-4

Trigesimocuarto lunes del Tiempo Ordinario

 

Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir”.

 

Meditación de Francisco Bravo Collado

 

“De su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir”

 

Jesús me dice: “Tú, que te crees tan afortunado, eres en cierto sentido más pobre que esta viuda. Porque tal vez tienes para vivir, y con tu trabajo deberías ser capaz de cubrir tus gastos económicos. Pero también eres pobre en otro sentido, y tú sabes cuál es ese sentido. Tú sabes cuál es tu pequeñez, y sabes que tu pobreza es grande. Y yo te digo en este Evangelio: no te amargues por tu pequeñez, porque si, como esta viuda, pones tus dos pequeñas monedas, que son todo lo que tienes, vas a dar más que todos los otros. Pero dalo. No te escudes en tu pobreza para no poner lo tuyo”.

 

Cuando leo este Evangelio cometo el error de creer que Jesús está hablando de dinero. Y me propongo ser generoso, o no apegarme al dinero que gano. No es fácil, pero en realidad no me cuesta tanto. Pero cuando me enfrento a Él en meditación, veo que Jesús no habla solo de dinero. Y descubro que sí soy pobre ¡mucho más pobre de lo que jamás pensé! Y en mi pobreza, con lo poco que tengo, soy tremendamente avaro. No quiero compartirlo, no quiero entregarlo, no quiero dejarlo a disposición de Él, porque tengo tan poco. Me siento apenado por mi egoísmo.

 

Jesús, toma lo que tengo en cada cosa, especialmente en aquello que más me aferro. Enséñame mirar a esta viuda que da las dos monedas que tenía para vivir y que las entrega en el templo. Toma Tú, ahora, mis últimas dos monedas. Estas monedas que yo pensaba que eran lo que necesitaba para vivir. Quiero que Tú y tu voluntad sean lo único que tenga. Gracias por mostrarme que no soy tan afortunado, y que hay cosas que puedo dar y que son significativas para Ti. AMÉN