Mt 21, 23-27

Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?”
Jesús les respondió: “Yo también quiero hacerles una pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres?”
Ellos se hacían este razonamiento: “Si respondemos: «Del cielo», Él nos dirá: «Entonces, ¿por qué no le creyeron?» Y si decimos: «De los hombres», debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta”.
Por eso respondieron a Jesús: “No sabemos”.
Él, por su parte, les respondió: “Entonces Yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto”.