Evangelio según Lucas 9, 22-25

Jueves de la octava semana del tiempo ordinario

 

Jesús dijo a sus discípulos: “El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”. Después dijo a todos: “El que quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se arruina a sí mismo?”.

 

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

 

«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.

 

Jesús parece decirnos: la vida está llena de sacrificios, de sufrimientos y de entregas. Yo ofrecí mi vida por ustedes para darles verdadera vida. Dia a día quiero acompañarte y ayudarte a cargar las cruces que arrastras en tu vida. Te invito a seguirme: compárteme tus dolores y tus anhelos, entrégame tus debilidades y tus pecados, intenta renunciar a todo lo que aleja de Mí y así yo podré ayudarte a cargar con todo aquello. No busques seguridad donde no la hay y descubre lo que verdaderamente es lo importante.

 

¿Cuáles son las cruces que Cristo me invita a compartir?  Jesús me ofrece y me invita a dejar en su corazón misericordioso todo aquello que me pesa y también lo que me aleja de Él.  En este tiempo de Cuaresma que recién comienza, Jesús me llama a revisar interiormente, a ofrecerle nuestro esfuerzo, y a buscarlo verdaderamente a Él. Tengo que sentirme necesitado del amor de Jesús y así podré vivir un poco más como Él.

 

Querido Jesús, gracias por mostrarnos el camino a la Resurrección y el camino de la verdadera vida. Gracias por ofrecernos tu corazón lleno de misericordia y de fidelidad para acompañarnos día a día. Ayúdame a saber descansar en Ti y buscarte con la confianza de un niño. Concédeme en este tiempo de preparación para la Pascua, saber reconocer tu amor y poner en tu corazón todo aquello que tengo y así poder renovar mi corazón en la fe para ir a tu encuentro. AMÉN