Evangelio según Marcos 4, 21-25

Jueves de la tercera semana del tiempo ordinario

 

Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga». Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará».

 

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

 

¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama?

 

Jesús parece decirnos: Yo soy la luz y la vida. El que cree en mí y hace vida el Evangelio, será portador de mi espíritu y su luz dará testimonio de Dios ante los hombres. Cada uno está llamado a ser una luz que brille ante sus hermanos. No escondan su fe, ni se avergüencen, sino que demuestren su amor por Dios, para que otros vean su ejemplo y quieran acercarse a Él.  Tus obras, tu estilo de vida, tus palabras, tu capacidad de amar, irán mostrando quién eres, porque finalmente no habrá nada oculto y por tus frutos te conocerán.

 

Nuevamente veo que Jesús necesita de nuestro compromiso y pone su confianza en nosotros, aun conociendo nuestra debilidad. Jesús me llama a aprender de su Palabra y a vivir una fe práctica, con obras concretas, para el bien de otros. Tengo que intentar estar más consciente de la presencia de Jesús en el día a día, en las relaciones con otras personas, para así evitar vivir una fe solitaria, o pasiva, que probablemente no daría mucho fruto, ni es lo que Jesús espera de mí.

 

Querido Señor: no me permitas caer en la tentación de desatender tu Palabra o de distraerme de buscarte. Sé que quieres que sea portador de tu luz y que la haga brillar a mi alrededor. Dame Señor la gracia de conocer más y más tu Palabra y la fuerza y perseverancia para lograr ponerla en práctica. Junto a María, guíame en cómo saber compartir tu luz con quienes pones a mi lado. Perdón Señor por aquellas veces en que mis acciones no son reflejo de tu amor y enseñanza. Concédeme ser quien Tú quieres que sea. AMÉN