Evangelio según San Juan 13, 16-20
Jueves de la cuarta semana de Pascua
Después de haber lavado los pies a los discípulos, Jesús les dijo: «Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican. No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí. Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy. Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió.»
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
“Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican”
Jesús parece decirnos: ponerse al servicio de otros les hará felices. Yo soy feliz en el servicio, tu cansancio es mi cansancio y tu alegría es mi alegría. Así mismo, cada uno de ustedes está llamado a servir, a vivir una fe que se exprese en acciones de entrega, de compartir, y de servicio para el bien de otros. La felicidad verdadera se encuentra en el amor recíproco, que das y recibes con quienes Yo he puesto en tu camino. Hoy te llamo a servir y amar más, y a no quedarte en la comodidad o seguridad de tu propio espacio individual.
Impresiona la vocación de servicio y entrega de Jesús y como acepta, en toda circunstancia, cumplir la voluntad de su Padre, para nuestra salvación. ¡Incluso lavó los pies de Judas sabiendo que lo iba a traicionar! Este Evangelio me recuerda de que la fe no puede quedarse solo en lo individual y espiritual, sino que también debo expresarla en la práctica con acciones de amor y entrega y vivirla en comunidad. Necesito oración y buscar día a día a Cristo para servir mejor a otros.
Querido Jesús, te hiciste fiel servidor por amor a nosotros y te entregaste sin medida. Quiero ser fiel a tu amistad y poder abrir más mi corazón a Ti, sin medida. Ayúdame a servirte de la forma que esperas de mí y a tener la fuerza y la humildad para servir y amar a quienes Tú pones a mi lado. No dejes Señor que viva una fe individual, y te pido esa capacidad de compartir más con otros, de practicar más la caridad. Querida Virgen María, tú que aceptaste con humildad recibir el espíritu de Dios, llévame junto a Jesús. AMÉN