Evangelio según Lucas 17, 20-25
Trigesimosegundo jueves del tiempo ordinario
Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo llegará el Reino de Dios. Él les respondió: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: «Está aquí» o «Está allí». Porque el Reino de Dios está entre ustedes”. Jesús dijo después a sus discípulos: “Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: «Está aquí» o «Está allí», pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación”.
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
“El Reino de Dios no viene ostensiblemente… «Porque el Reino de Dios está entre ustedes»
Jesús parece decirnos: En mi venida les he dejado la Palabra, mis enseñanzas, la Eucaristía, y me entregué totalmente a la Cruz por amor a mi Padre y a todos ustedes mis hermanos. Les he mostrado el camino que les permite experimentar el gozo del Reino de los Cielos… Si ustedes me buscan con fe, yo permaneceré en ustedes y ustedes en Mí. El anhelo de mi Padre es que el Reino llegue a muchos corazones, no solo a unos pocos, para que predomine la ley del amor y la caridad entre todos.
Frente a la gran visibilidad y tangibilidad de nuestro entorno humano, Jesús me advierte que el Reino de Dios es sutil, que se cultiva en el corazón de cada persona. Jesús me ofrece todo su amor y su fidelidad para guiar nuestra vida. Quiere que le dejemos gobernar nuestro corazón y que no dejemos de llamar a su puerta… para nuestra plenitud, paz y felicidad. Esto es invisible a los hombres, pero es muy real para quienes lo viven y creen en el amor de Dios.
Querido Jesús, gracias por mostrarnos el camino a Dios y a su Reino. Se que Tú me conoces completamente y te preocupas por cada uno de nosotros tus hermanos. Ayúdame Señor a abrir mi corazón con humildad para que seas Tú quien guíe y gobierne mis acciones, tanto en los momentos de dolor, de inquietud, como en la alegría. Y que todo lo que recibimos de Ti lo sepamos compartir generosamente con quienes tu pones a nuestro lado, que la caridad esté presente en nuestra vida. AMÉN