Evangelio según Juan 16, 12-15

Domingo de la fiesta de la Santísima Trinidad

 

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: “Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.

 

Meditación de José Miguel Arévalo Araneda

 

Recibirá de lo mío y se los anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío.

 

Siento que Jesús me dice: “Sé que estas palabras mías son difíciles de comprender. El Espíritu de la Verdad es un otro distinto de Mí, por eso digo que Él los introducirá en la verdad, recibirá de lo mío y les anunciará lo que irá sucediendo. Y también: Todo lo que es del Padre es mío. Con el Padre y el Espíritu de la Verdad estamos en perfecta unidad y comunicación. Mis palabras les hablan a ustedes de la voluntad de hacerlos partícipes de la Verdad y que sean testigos, por medio del Espíritu, para que los acompañe, los consuele y los impulse. Recuerden que Yo soy el camino, la verdad y la vida.”

 

Este texto del evangelio me permite darme cuenta de que, al mirar al Señor y entrar en oración con Él, pierdo de vista que está íntimamente unido al Padre y al Espíritu Santo. Dejo de verle como un Hijo del Padre y dejo de ver al Espíritu Santo que me revela la Verdad sobre Él y el Padre. Con esto Él me enseña que la mirada hacia otras personas, cuando es en el Amor, incluye la mirada de la persona en sí, y también en su relación con otros. Es una mirada que integra a la persona y su realidad de vínculos en el amor. Cobra sentido para mí el crecer en un espíritu filial enfrente al Padre, propio de un discípulo del Señor e hijo de María, así como nos recomendara el Padre José Kentenich.

 

Señor, te agradezco el que me sienta auxiliado por el Espíritu Santo a la hora de la preparación de la oración contigo y de la meditación. Pido perdón por las veces que he pasado por alto las insinuaciones del Espíritu Santo. Te pido que me inspires a mirar con amor a mi familia y a otras personas con las cuales me relaciono, y que sea cada vez más capaz de mirarlas en su integridad, es decir a ellas y sus vínculos, especialmente los afectivos. También te pido especialmente que me ayudes a mejorar de manera consciente mi comunicación a nivel familiar, tal que sea más frecuente y más completa, impulsando a que haya más vida.  AMÉN