Evangelio según Lucas 3, 15-16. 21-22 

Fiesta del Bautismo del Señor

 

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En un bautismo general Jesús también se bautizó. Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.

 

Meditación de Francisco Bravo Collado

 

“… tú eres mi hijo muy querido.”

 

Dios Padre me dice: “Tú eres mi hijo muy querido, en quien está puesta toda mi predilección. Hoy día quiero dar testimonio de mi amor por Jesús, pero también de mi amor por ti. Porque yo te creé de la nada, y te he enviado a tus hermanos para que –al igual que a partir de Jesús se hacen nuevas todas las cosas- todos los que estén cerca de ti puedan tener vida nueva en Mí. Eres mi hijo amado, y eres especial para mí como Padre. Y no solo para mí, sino que eres especial para la historia.”

 

Me emocionan estas palabras de amor del Padre Dios ante Jesús bautizándose. Me impresiona que esto acontece en una situación muy poderosa, ya que se hace en medio de la discusión sobre el rol de Juan Bautista. Además hay otro punto que muestra la relevancia de esta declaración del Padre… se hace a través de un signo físico: se abre el cielo y sobre Jesús desciende una forma como una paloma. Para mí la primera reacción es sentir que estas palabras no solo son para Jesús, sino que también son para mí.

 

Señor, Tú eres mi Padre amado, en quién tengo puesto todo mi corazón. Enséñame a quererte con fuerza y sencillez. Gracias por tu amor gratuito. Dame confianza en  los momentos en que, viendo lo poco fiel que soy con tu amor, me dejo llevar por la inseguridad y la desesperanza. Que aprenda que tu amor de Padre no va a mirar solamente mis pobrezas, sino que va a buscar especialmente mis actos de amor. Regálame la valentía para sentirme llamado a ser como Jesús desde mi realidad cotidiana. AMÉN