03. Por María a Cristo

P. Rafael Fernández

3. Por María a Cristo

El carácter marcadamente mariano de Schoenstatt nace de su historia y significa que Cristo quiere que nos encontremos allí con él y con su Padre a través de la persona de María. Él ha querido manifestar su poder por el poder que él mismo ha querido poner en la mediación de María.

Significa, además, que desde su origen, María tomó posesión del terruño de Schoenstatt; y que está espiritualmente presente en él; que ha establecido en él su trono de gracias y que, desde allí, actúa y manifiesta su poder de Reina.

Significa además, que la misión que Cristo quiere anunciar desde el santuario es eminentemente mariana. Todo lo que Schoenstatt es y todo el misterio de su santuario y de su misión debe entenderse, en último término, a la luz del misterio y de la misión personal de María. El hombre nuevo que Schoenstatt pretende formar, es un hombre eminentemente mariano, en el sentido que encarna –a semejanza de María– la armonía entre la naturaleza y la gracia. Y ese hombre nuevo es, a la vez, forjado por el poder de educadora de María, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra. Dios quiere que María se manifieste en nuestro tiempo especialmente en y desde su santuario de Schoenstatt como la gran educadora que vence las herejías antropológicas de nuestro tiempo para la instauración, como Compañera y Colaboradora de Cristo, del Reino del Padre aquí en la tierra.

En ella se expresa y se garantiza nuestra alianza con la Santísima Trinidad. Entendida así, es «la fuente de la vitalidad y el centro de la espiritualidad de Schoenstatt», el corazón de Schoenstatt.

El amor a María, expresado en esta alianza, se transforma en el medio más rápido y seguro de vivir en un contacto vivo y permanente con el Dios de nuestra vida y de nuestra historia. Por la alianza de amor nos convertimos en «Familia», pues todos los que sellan la alianza se saben y sienten hijos de María y, por ello, hermanos entre sí.

De esta alianza de amor, vivida en profundidad, nace también una fuerte conciencia de misión; lleva a quienes la sellan, a convertirse en eficaces instrumentos en manos de María para colaborar con ella en la renovación religioso-moral del mundo. Por esta alianza de amor Schoenstatt realiza su compromiso de construir la historia en dependencia y contacto filial, libre y total con Cristo, el Señor de la historia, a través de María, su Colaboradora permanente.