El Padre Rafael Fernández nos acompaña en la meditación de la Misa Hacia El Padre.

Después Comunión III

Tú, Ofrenda glorificada (149)
deseas de mí recia disciplina
para que sea igual a las especies
fuerte en el sacrificio y lleno de amor.

Sin lagar no hay vino (150)
el trigo debe ser triturado
sin tumba no hay Victoria
solo el morir gana la batalla.

Toma mi corazón y mis manos (151)
como prendas de victoria
permanezco quieto al golpe de la lanza
quieto, aunque clavos me martiricen.

Ponme la corona de espinas (152)
sáciame con escarnios y burlas
nunca nada sera demasiado difícil para mi
cuando de ti se trate, Señor.